El indicador adelantado del IPC de 2022 es el 5,8%, porcentaje que, aun siendo elevado, constituye una sensible reducción con respecto al de noviembre (6,8%). Por su parte el IPC subyacente -el que excluye alimentos y energía- es el 6,9%, porcentaje que tiene una lectura preocupante porque muestra una tendencia más estable que el IPC general. En cuanto al IPCA (armonizado en la zona euro) ha sido del 5,6%.
Según el INE, esta evolución es debida a que los precios de la electricidad suben menos que en diciembre de 2021 y a que los carburantes registran un descenso mayor que el del año pasado. Por su parte, destacan, aunque en sentido contrario, el vestido y calzado, cuyos precios disminuyen, pero menos que en diciembre de 2021, y el aumento de los precios del tabaco y los alimentos elaborados.
Con independencia de que se confirmen o se corrijan estos indicadores cuando se publiquen los valores definitivos de 2022, el aumento del IPC no tiene repercusión inmediata sobre los valores del Convenio colectivo, puesto que la actualización para 2023 ya está establecida en el 2%, sin perjuicio de que a 31 de diciembre de 2024 se haya de observar si la evolución del IPC entre el 1 de enero de 2021 y el 31 de diciembre de 2024 ha sido mayor al 11,5%; la probable diferencia se habrá de incorporar a las tablas de una vez en 2025 o paulatinamente entre 2025 y 2026, dependiendo de su importe.