La inhalación de sílice cristalina respirable (SCR) produce la silicosis, un riesgo de salud profesional en las industrias extractivas, en la fabricación de cerámica y en la de vidrio, así como en algunos procesos de su manufactura.
Son numerosos los estudios que atribuyen la toxicidad del cuarzo a la química superficial de sus partículas; concretamente a la densidad y abundancia de los grupos silanol. En el proyecto SILICOAT se estudió la efectividad de sustancias como nanoalúmina, lactato de aluminio y organosilanos para bloquear estos grupos, demostrándose que la toxicidad de la SCR que contienen las materias primas utilizadas en procesos vía húmeda por las industrias cerámicas tradicionales se pueden anular prácticamente. Este efecto se obtuvo añadiendo un aditivo a las composiciones cerámicas, que cubre la superficie del cuarzo de forma que su toxicidad desaparece. Se demostró que esta tecnología es técnica y económicamente viable para las cerámicas tradicionales.
A partir de estos resultados, la UE ha aprobado e iniciado un nuevo proyecto LIFE (SILIFE) para extrapolar estos buenos resultados a otros sectores industriales que utilizan cuarzo en sus procesos por vía seca. El principal objetivo de este nuevo proyecto consiste en producir polvos de cuarzo comercial que presenten una toxicidad por SCR muy baja o nula. Para conseguirlo, se diseñará una planta piloto para el tratamiento de polvos comerciales de cuarzo. El cuarzo tratado que se produzca en esta planta se verificará mediante pruebas industriales que se llevarán a cabo por varios usuarios finales procedentes de diferentes sectores industriales.
Fuente: Web SILIFE